jueves, 26 de marzo de 2015

"¡Jota jolín con la jota!" Texto creativo con muchas jotas

UN ESPERADO VIAJE

Julia, Jesús, Jade, Juan y Jairo estaban muy contentos. Juana y Joan les habían jurado que, si se portaban bien y jamás desobedecían, saldrían de Jaén el próximo jueves e irían a Jerez. Los jaleosos hermanos se jactaban ante sus compañeros Jacinto, Jackson, Josefina, José, Jaime y Jacobo del viaje que iban ha hacer.


Julia era una niña ejemplar, aunque tenía mucho coraje y le gustaba jugar al ajedrez. Le alocaba el potaje de judías y las naranjas.
Jesús, era un poco salvaje, y siempre era el jefe de la juerga. Tenía una novia llamada Jacinta. Escuchaba jazz y le encantaban las lentejas cuajadas de perejil y ajo.
Jade tenía rasgos japoneses y fobia a las jeringas, la mejilla siempre le olía a jabón y le encantaban los jabalíes y los jazmines.
Juan se hacía llamar el jabato cojo y se quejaba por cualquier cosa. Cuando fuera más viejo le gustaría ser juez del jurado de la joviales mises.
Jairo era justo y le encantaban los jerseys de conejos. Quería ser joyero y tener un jardín tan grande como una jungla. Pero le acongojaban las abejas y abejorros que venían en junio.


Hay que decir que Juana y Joan adoptaron a Julia, Jade y Jairo en julio de hace unos años. Julia venía de Jutlandia, Jade de Japón y Jairo de Tijuana. Los tres eran judíos, aunque su actual familia era agasajadora de Jesucristo.

Los hermanos barajaban y manejaban varias complejas aventuras en Jerez. Mientras, Julia dibujaba una gallineja con una faja y con el pelaje pajizo en una granja con forma de garaje, junto a un vencejo desvalijado y ya jubilado gorjeando con el ojo descuajaringado.
Jesús y Juan adjudicaban forcejeando y empujándose los emparejamientos en el Jaguar en el que iban a viajar. Como no se ponían de acuerdo, fue Jade la que fijó los asientos.


El carcajeo del flujo del agua que caía debajo del grifo salpicó el ropaje de Jairo. Se despojó de los nudos del mojado y despiojado pelo andrajoso. Se peinó sus acomplejadas cejas, y salió desenjacado del baño. La pareja esperaba enojada a sus majaderos hijos e hijas en el salón, con el desbarajustado equipaje listo. ¡El tiempo iba contrarreloj!
Todos vestían sus mejores galas. Incapaces de relajarse, Julia, Jesús, Jade, Juan y Jairo gritaron sin tapujos, ¡Je, je, je! ¡Nos vamos a JEREZ!

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